

El pádel y el tenis son dos deportes de raqueta que, aunque comparten raíces y similitudes, han seguido caminos distintos a lo largo de la historia. Mientras el tenis es un gigante global con siglos de tradición, el pádel, un deporte más joven, ha emergido como una alternativa dinámica y social. ¿Han sido rivales o aliados en su evolución? En este artículo, exploraremos pádel vs. tenis a lo largo de la historia: rivalidad o alianza, analizando cómo han coexistido, competido y, en muchos casos, se han complementado. ¡Acompáñanos en este recorrido por su relación histórica!

Orígenes: una conexión inicial
El tenis como precursor
El tenis, con orígenes que se remontan al siglo XII en Francia y su forma moderna consolidada en el siglo XIX en Inglaterra, es el hermano mayor del pádel. Cuando Enrique Corcuera creó el pádel en 1969 en Acapulco, México, lo hizo inspirándose directamente en el tenis. La idea era adaptar este deporte a un espacio más pequeño, añadiendo paredes y una raqueta sólida sin cuerdas, pero manteniendo elementos como la red y el sistema de puntuación (15, 30, 40, juego).
Diferencias desde el nacimiento
Desde el principio, el pádel se diseñó como un deporte más accesible y social. Mientras el tenis requería canchas grandes y un nivel técnico elevado, el pádel, con su pista de 20×10 metros y el uso de paredes, permitía a principiantes disfrutar rápidamente. Esta diferencia marcó el inicio de una relación que oscilaría entre rivalidad y alianza.
Los años 70 y 80: caminos divergentes
El tenis como rey indiscutido
En las décadas de los 70 y 80, el tenis vivía su edad dorada con figuras como Björn Borg, John McEnroe y Martina Navratilova, y eventos como Wimbledon y el US Open captaban la atención mundial. El pádel, por su parte, era un deporte emergente, limitado a países como Argentina y España, donde crecía en clubes privados sin apenas impacto global.
Primeras tensiones
En esta etapa, no había una rivalidad directa, pero sí una competencia por recursos. En España, por ejemplo, algunos clubes de tenis comenzaron a construir canchas de pádel, lo que generó debates sobre si el nuevo deporte restaría jugadores al tenis. Sin embargo, la alianza también era evidente: muchos tenistas amateurs probaron el pádel, viendo en él una alternativa divertida y menos exigente físicamente.
Los 90 y 2000: expansión y coexistencia
El pádel gana terreno
Con la creación de la Federación Internacional de Pádel (FIP) en 1991 y el primer Campeonato Mundial en 1992, el pádel empezó a profesionalizarse. En paralelo, el tenis mantenía su dominio con estrellas como Pete Sampras, Andre Agassi y las hermanas Williams. En países como España, el pádel comenzó a atraer a jugadores que buscaban un deporte más rápido de aprender, lo que llevó a algunos a verlo como un rival emergente del tenis.
Sinergia en la infraestructura
A pesar de las tensiones, la relación entre ambos deportes mostró signos de alianza. Muchos clubes de tenis en Europa y América Latina aprovecharon sus instalaciones existentes para añadir canchas de pádel, beneficiándose de la creciente popularidad de este último. Marcas como Head y Wilson, tradicionales en el tenis, también incursionaron en el pádel, fabricando palas y trasladando su experiencia en raquetas, lo que fortaleció la conexión entre ambos.
2010 en adelante: auge del pádel y debates modernos
El pádel como fenómeno global
Desde la creación del World Padel Tour (WPT) en 2013, el pádel ha experimentado un crecimiento explosivo, con más de 30 millones de jugadores en 2025 y presencia en países como Suecia, Italia y Emiratos Árabes Unidos. Este auge ha coincidido con un tenis que, aunque sigue siendo un deporte de élite con torneos como los Grand Slams, enfrenta retos para captar a las nuevas generaciones.
Rivalidad en la atención y los recursos
En algunos círculos, el pádel ha sido acusado de “robar” jugadores al tenis, especialmente entre aficionados. En España, por ejemplo, el número de licencias de pádel superó al de tenis en los últimos años, con más de 90,000 federados frente a los 70,000 del tenis en 2023. Esta competencia ha generado debates sobre si el pádel amenaza la hegemonía del tenis o si, por el contrario, lo complementa al atraer a nuevos practicantes de deportes de raqueta.
Diferencias clave que definen la relación
Estilo de juego y accesibilidad
El tenis es un deporte individual o de dobles que exige gran técnica, resistencia y espacio, con canchas de 23.77×8.23 metros (individuales). El pádel, en cambio, es exclusivamente de dobles, más compacto y fácil de aprender gracias a las paredes y su dinámica social. Esta accesibilidad ha permitido al pádel captar a jugadores que el tenis no alcanzaba, sugiriendo una alianza más que una rivalidad directa.
Perfil del jugador
Mientras el tenis atrae a quienes buscan un desafío físico y técnico, el pádel apela a un público más amplio, incluyendo adultos y niños que valoran su componente recreativo. Esta diferencia ha permitido que ambos deportes coexistan, sirviendo a audiencias complementarias en lugar de enfrentarse directamente.
El impacto mutuo: rivalidad o alianza
Influencia del tenis en el pádel
El pádel ha heredado mucho del tenis, desde su sistema de puntuación hasta técnicas como el saque y la volea. Jugadores como Fernando Belasteguín y Sanyo Gutiérrez, con experiencia en tenis en su juventud, han trasladado habilidades que enriquecieron el pádel, mostrando una clara alianza histórica.
El pádel como revitalizador del tenis
Por otro lado, el auge del pádel ha revitalizado el interés por los deportes de raqueta en general. En países donde el tenis había perdido terreno, como España, el pádel ha atraído a nuevos practicantes, algunos de los cuales luego prueban el tenis, creando un efecto sinérgico.
El futuro de la relación
Competencia por el estrellato global
A medida que el pádel busca un lugar en los Juegos Olímpicos y expande su alcance, podría intensificar la rivalidad con el tenis, especialmente en términos de patrocinios y atención mediática. Sin embargo, la coexistencia parece más probable, con ambos deportes beneficiándose de su relación. El tenis podría adoptar elementos del pádel, como formatos más cortos, mientras el pádel sigue creciendo sin amenazar el estatus del tenis como deporte rey.
Una alianza duradera
En última instancia, pádel vs. tenis no es una historia de rivalidad absoluta, sino de una alianza que ha evolucionado con el tiempo. Cada deporte tiene su identidad y público, y juntos han enriquecido el panorama de las raquetas, demostrando que la competencia puede ser también una oportunidad para crecer.